enero 22, 2012

Expriencias que valen...

Hace mas de un año me di a la tarea de crear un blog muy personal, para los que desconocen como funciona un blog es sencillo: el autor del espacio cibernético se da a la tarea de plasmar en el las ideas, inquietudes, gustos, anhelos etc y los comparte en su espacio para todos aquellos que consideren tener cierta afinidad a lo que el autor prefiere. No siempre debe ser así, con que te de curiosidad el contenido del blog es suficiente para pasar un rato entretenido, aprender y por que no discutir temas que te generen cierta inquietud.

Pues este es mi blog, pequeño, simple y sencillo pero honesto como me gusta ser, aquí he publicado poco pero espero darme mas tiempo y poder compartir con mis amigos o las pocas personas que se sientan identificados con mis cosas. Gracias por estar aquí y en esta ocasión después de esta breve introducción a mi espacio deseo compartir un extracto del libro que llevo escribiendo desde hace aproximadamente 5 años. No llevo mucho pero he tratado de relatar lo mas cercano a la realidad mis experiencias como medico que aunque no interesantes para algunos les garantizo que cada una me ha dejado una enseñanza invaluable como profesionista y ser humano. les dejo un abrazo de todo corazón y aunque ya casi llevamos un mes de este bloque cronológico llamado año, les deseo lo mejor pero sobre todo les invito a que no sigan esperando que las cosas buenas aparezcan por si solas como generación espontánea, sino a que trabajen y se animen a encontrar y lograr ese éxito que todos y cada uno de todos merecemos.

Su amigo Efrén.

Extracto:

BRIGADAS DE SALUD.

Fue en el año de 2003 sino mal recuerdo por ahí de las fechas de la semana santa, Rafael un compañero de la carrera estaba mas que metido en una área de dirección general del IPN donde por una módica suma de dinero nos becaban para ir al interior de la república a ofrecer brigadas de salud, nos daban transporte y equipo, no mucho pero si el necesario y de ahí a llegar a la comunidad o municipio correspondiente donde las autoridades locales eran las responsables de ofrecernos el hospedaje y alimentación, realmente era una aventura única y que valía mucho la pena. Llegamos después de horas de viaje, creo fueron 12 a Tamazunchale SLP la puerta al sur de la huasteca potosina y llegamos a casi media noche sino mal recuerdo. Las autoridades del lugar al parecer no estaban enterados de nuestra visita, nos dividieron en dos grupos el mio simplemente abordo 2 camionetas pick up conducidas por personal de la policía municipal y tomamos un camino por la sierra a un destino que obviamente desconocíamos. Eran las 2 de la madrugada, uno de los agentes de la policia se encargo de buscar a los habitantes de aquel lugar, Tezapotla una comunidad enclavada en la sierra de la huasteca potosina, a media noche sin saber donde estábamos y después de algunos minutos de gestiones verbales en nahuatl entre los policías y los lugareños nos dieron como asilo un tipo de salón de usos múltiples con techo de teja y suelo rustico de tierra compactada, nos acomodamos y en unos minutos llegaron mujeres con pan y cubetas de café caliente, el cansancio del viaje y el hambre sumado al sueño que nos vencía de a poco fue saciado con aquel detalle de amabilidad y gentileza por parte de aquellas mujeres y hombres que sin hablar mucho español se limitaron a mirarnos como bichos raros que llegaban sin saber que demonios haciamos en su comunidad.

Amaneció y los policias municipales se habían ido, dejando a Rafael la consigna de que estaríamos ahí una semana completa y que ellos volverían por nosotros. Al salir de aquel salón que termino siendo nuestro hotel rustico durante esa semana fue fantástico contemplar el lugar en el que estábamos: hermoso, lleno de vegetación, montañas por todas partes y una brisa fresca, suave, riquisima que nos decía abiertamente que eramos bienvenidos en aquel lugar. Las mujeres llegaban nuevamente con mas pan y café, era nuestro desayuno y con ellas el comisario del pueblo. Su nombre era A sino mal recuerdo, un hombre moreno de firme postura, alto, fornido, moreno bien parecido el tipo pero al parecer muy tímido ante nuestra presencia, Rafael se presento y le comunico el motivo de nuestra visita. –Mire señor comisario somos 8 médicos, 2 enfermeras y una odontología, venimos a ofrecer brigadas de salud desde la ciudad de México, somos estudiantes del Instituto Politécnico Nacional. El comisario algo desconcertado entendió quienes eramos pero no que hacíamos ahí, después nos percatamos que la municipalidad de Tamazunchale simplemente se había desentendido de nuestra visita y nos enviaron asi sin mas a esta comunidad, sin informar siquiera a los lugareños que llegaríamos y lo peor sin hacerse responsables de nuestra estancia en el lugar. Recuerdo como los policías camino a tezapotla comentaban que dicha comunidad era peligrosa, que los habitantes se comportaban renuentes a todo lo que tuviera que ver con la municipalidad, también hablaban de que eran violentos y algunos otros detalles que obviamente preocuparon nuestra seguridad.

Estábamos instalados en la comunidad, y empezó la aventura de ofrecer servicio a esta gente, como en todo pueblo había una casa en la parte mas alta del pueblo con una bocina que informaba sobre lo que acontecía en la comunidad, rápidamente se extendió la noticia en el área: “Tenemos la visita de una brigada medica que viene de la ciudad de Mexico, si desea consulta o atención gratuita, favor de asistir a las 12 del día hasta las 5 de la tarde a la sala de comisaria donde los médicos con gusto los atenderán”, el primer día fue muy tranquilo solo algunas consultas leves, dolores de cabeza, malestares muy simples pero la gente muy entusiasmada con nuestra presencia, al parecer tenia tiempo que no contaban con medico y la historia después como muchas que ocurren en nuestro gremio en ese año de servicio social nos fue contada sino con detalle al menos la escénica de lo que ocurrio.

El medico pasante que estaba en Tezapotla fue a visitar a su novia en una comunidad aledaña, ese fin de semana el deja la comunidad por ir a visitar a su pareja, estando en el centro de salud al cargo de ella al parecer la señal de la television no es muy buena, el sale a ver como esta colocada la antena, de por si en la montaña no hay señal de tv abierta y para colmo la poca que hay en la comunidad de su novia no es suficiente para que ambos pasen una tarde agradeble viendo tv juntos en la incivilizacion. Se trepa al arbol done acomodaron la antena, intenta corregir su posición y en un descuido cae del arbol, el doctor tiene estallamiento de visceras, se complica y muere en el incidente.

La comunidad quedo castigada por aquel evento, era responsabilidad del pueblo cuidar de su medico, y por tanto al no haber mantenido al medico en la comunidad, permitirle salir sin autorización a otra comunidad aledaña y perdido la vida se desata un conflicto contra la comunidad misma. Al parecer tenian 3 años sin doctor y todo por la impertinencia de… creo que de nadie fue solo una tragedia que no solo afecto al medico pasante, novia y familia, sino a un comunidad completa.

Despues de algunas gestiones con la encargada del centro de salud local, tuvimos acceso al mismo para ahí ofrecer nuestros servicios como medicos de brigada. El lugar estaba muy bien equipado, contaba con una sala de expulsion, una farmacia, cuarto de hospitalización, sala de curaciones, 2 consultorios, vamos era una miniclinica muy pero muy bien equipada y ademas acogedor y limpio, nos comentaron que el lugar se mantenia en buenas condiciones pues todo el pueblo siempre cooperaba en su mantenimiento, asi como la pinta y arreglo del lugar. Nos empezaba a ser evidente que la gente de aquel lugar no tenia nada de salavaje sino todo lo contrario eran demasiado organizados y ordenados en cuanto al trabajo comunitario, sabian el valor de las cosas y que si deseaban mantener en Tezapotla las cosas de la mejor forma tenian que hacerlo unidos. Pasaron los dias siguientes y continuamos con la brigada, la gente acudia por cientos a consulta y aunque no eran males mayores para ellos era un alivio saberse con el apoyo de un grupo de medicos aunque estudiantes, visitando su comunidad para ofrecerles un poco de atención a sus malestares fisicos, era bastante risible recordar como pasaban a ver a Pao, la odontologa que nos acompañaba y como cuando le preguntabamos a las personas si querian consulta respondian con singular alegria: -No, no queremos consulta medica, queremos que nos vea la sacamuelas, Jajaja era tan gracioso!

Fue una semana emocionante en dicho pueblo, cuando pude llame a mi novia y a mis padres para informarles de cómo me estaba yendo, la gente y su calidez al tratarnos, supimos que la comida que nos ofrecian era parte de lo que ellos guardaban para los desayunos escolares de sus niños, vaya que gran honor que en tiempo de vacaciones se dieran el lujo de ofrecernos algo que bien sabiamos les costaria mucho poder recuperar, sin embargo lo hacian felices, nos regalaban sonrisas increibles al saludarnos por las calles, es mas estabamos tan compenetrados con la gente que en una tiendita a mitad del pueblo y a unos metros del centro de salud, varios de nosotros nos compramos unos morrales de zacate que todos los señores del pueblo usaban para cargar sus herramientas de trabajo en el campo, eran morrales hechos a manos por la gente del pueblo pero estaban padrisimos, eramos felices en ese lugar. Hubieron muchos detalles de atencion con nosotros, cuando necesitamos lavar nuestras ropas nos permitieron usar el pozo de la comunidad, era un lugar muy lindo con unos lavaderos comunales que estaban al costado de un pozo natural con agua fresca, helada. Ahí a unos metros estaba la casa del comisario quien amablemente nos invito a pasar un momento para obsequiarnos un vaso de café y pan, una casa humildisima construida completamente de vara con piso de tierra y techo de palma, un lugar fresco y limpio, al llegar sus hijas y esposa nos recibian amablemente, gente humilde que vivia literalmente de lo que el comisario y su hijo producian en el campo, aquella comunidad se dedicaba a la siembra de varios granos entre ellos café, intercambiaban entre ellos lo que producian, vamos ahí aun era valido el trueque, si en pleno 2003 y bajaban a Tamazunchale a vender lo que sembraban, sin embargo en la cd a la gente de Tezapotla los veian y mencionaban como unos indios necios que no gustaban de lo moderno, que equivocados estaban, la gente de Tezapotla simplemente se habia percatado de lo pervertida que estaba la sociedad en Tamazunchale y no deseaban aprender lo malo que ocurria ahí ni en otro lugar, dentro de su aislamiento geografico tambien existia un aislamiento ideologico, mismo que se manifestaba en todo lo que aquella comunidad habia logrado en su territorio como una escuela primaria bilingüe, una secundaria y bachillerato para sus jovenes y una estructura politica, social y cultural autosustentable para los habitantes de aquel hermosos y afortunado lugar. Sin lugar a dudas para mi Tezapotla era el paraiso perfecto con la gente bien organizada, sin problemas y aunque los hubiere no estaban por encima del bien comun y de verdad nos quedo claro que ese lugar, con esa gente era un vivo ejemplo de ello.

Ya casi para terminar la brigada, el señor mas adinerado del pueblo nos presto una camioneta pick up en ella nos llevaron al lugar mas recondito del pueblo, recuerdo que era una cañada o algo similar entre dos hermosos cerros que eran literalmente partidos por un rio cristalino no muy profundo, fue ahí donde nos divertimos despues de algunos dias de ardua labor como medicos en brigada, bañandonos en el agua, jugando y disfrutando de la naturaleza de una manera increible, nos comentaban que ese rio era el limite entre el estado de San Luis Potosi y Veracruz, practicamente estabamos en la frontera de ambos estados, vaya pues para ser una frontera natural es bellisima pense. Regresamos a Tezapotla descansamos y al dia siguiente iniciariamos el regreso a Tamazunchale, para ese entonces el grupo estaba mas que unido, eramos un grupo feliz de estudiantes del area medica que gustosos habiamos compartido una de las experiencias mas satisfactorias que tu formacion como medico te puede ofrecer, al despedirnos de laa autoridades de la comunidad se nos ocurrio el detalle de obsequiarle al comisario y su comitiva nuestras gorras guindas con las siglas del IPN en blanco, fue algo estremecedor ver como ellos las tomaban con una incredulidad en sus rostros, practicamente estaban felices de que les dieramos ese obsequi cuando ellos consideraban que el regalo lo habiamos dado nosotros con nuestro trabajo cuando en el fondo de todo nos habian permitido practicar y tomar experiencia en nuestra labor como profesionales de la salud. Se quedaron felices de nuestra visita y nos pidieron volver, lo ultimo que recuerdo es que iba en la parte trasera de la pick up de la policia municipal de tamazunchale recorriendo aquel camino por el que habiamos llegado una semana atrás, la gente se despedia con la mano en alto y los niños correteando al camioneta, fue algo realmente triste saber que probablemente no volveria ese hermoso lugar.

Meses despues nos enteramos que el comisario y su comitiva emprendieron el viaje a la ciudad de Mexico, Rafael los recibio en la terminal de autobuses del norte, presentaron un oficio ante la direccion de servicio social del IPN para que les enviaran medico pasante a su comunidad, al año siguiente en las sedes de servicio estaba Tezapotla entre ellas, una chica que estaba 3 lugares antes que yo para esoger plaza me la gano. Vaya al menos me quede con el gusto de saber que aquella gente podia tener a un compañero de mi escuela como su medico durante todo un año, espero poder regresar algun dia una vez mas.

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